buten logo

De Hans Prinzhorn al Hospital Psiquiátrico Padre Billini del Kilómetro 28: El arte de los enfermos mentales

Hans Prinzhorn al Hospital Psiquiátrico Padre Billini del Kilómetro 28: El arte de los enfermos mentales juan butten

por Juan Butten

Si hay un libro que he cuidado y apreciado profundamente, es Expresiones de la locura: el arte de los enfermos mentales de Hans Prinzhorn. Esta obra seminal invita a reflexionar sobre la intersección entre la locura y la creatividad. Cada vez que la abro, no puedo evitar recordar los extraordinarios dibujos de nuestro querido amigo Carlos Goico, con sus diablos cojuelos.

Publicado por primera vez en 1922, el libro ha sido aclamado no solo por su valor artístico, sino también por su profundo análisis de las obras creadas por personas internadas en manicomios. El poeta Paul Éluard lo describió como «el libro de imágenes más bello que ha existido», y no es difícil entender por qué. Prinzhorn, psiquiatra, poeta, músico y dibujante aficionado, reunió una impresionante colección de obras de artistas considerados "locos". Su entusiasmo se refleja en cada página, donde establece un diálogo entre la locura y el arte, abriendo un espacio para discutir la creatividad en la adversidad.

Me pregunto cuántos artistas con talento se encuentran en los hospitales psiquiátricos de todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo, donde los internos a menudo reciben un trato inhumano. ¿Cuántos de ellos podrían beneficiarse de una exploración artística? ¿Y si los gobiernos y sus directores se acercaran a descubrir el talento oculto en estos lugares? Deberíamos aprender a valorar y apoyar estas voces, como lo hizo Prinzhorn.

Desde su publicación, Expresiones de la locura ha fascinado a numerosos artistas de vanguardia, como Paul Klee, Max Ernst, Pablo Picasso y Salvador Dalí, quienes encontraron en el libro una fuente de inspiración, considerándolo uno de los manantiales secretos que alimentan su propia obra. La influencia de Prinzhorn es palpable en movimientos como el art brut y el outsider art, que celebran el arte creado al margen de las convenciones estéticas y culturales.

El contenido del libro es diverso y sorprendente. Prinzhorn presenta relatos de personas que pintan en papel higiénico o esculpen con miga de pan, revelando la irrefrenable necesidad del ser humano de expresarse. Estas obras, a menudo consideradas marginales, desdibujan las fronteras entre el arte y la locura, sugiriendo que la creatividad puede florecer incluso en las condiciones más difíciles.

Recuerdo que, gracias a un amigo que vivía cerca del kilómetro 28, supe de una interna que pasaba casi todo su tiempo dibujando y pintando. Esto llamó mucho mi atención, así que decidí visitarla en 2008. Quería conocerla y le pedí a mi amigo que me llevara para llevarle cuadernos y lápices, para que pudiera seguir haciendo lo que le gustaba. Cuando entramos, quedé devastado al ver las condiciones en que sobrevivían ella y los demás internos; el lugar, más que un hospital, parecía una cárcel o una sucursal del infierno.

Al verla, sentí una honda tristeza. Su mirada se perdía en la nada, como quien no está o no pertenece a nuestra realidad. Le di los lápices y los cuadernos, y ella realizó un gesto de agradecimiento. Luego tomó mi mano y sentí la calidez de alguien que ya no nos pertenece porque se encuentra en otra frecuencia. Repliqué su gesto. Caminó rápido y se sentó en el suelo, comenzando a dibujar como quien tiene mucho que decir y poco tiempo. Mi amigo salió a hablar por teléfono, y yo me quedé sentado, observándola disfrutar cada trazo, cada gesto de su rostro, sonriendo mientras creaba.

En el camino de regreso, reflexioné sobre la insensibilidad de los políticos ante tanta necesidad. A veces me pregunto cómo pueden dormir tranquilos, sabiendo todo lo que deben hacer y, en la mayoría de los casos, prefiriendo ignorar esta dura realidad.

Es fundamental crear políticas artísticas para enfermos mentales en hospitales psiquiátricos en países como la República Dominicana. Inspirándonos en el trabajo de Hans Prinzhorn, es evidente que el arte puede ser una herramienta poderosa para la expresión y la sanación de las personas que enfrentan trastornos mentales. Prinzhorn destacó cómo las creaciones de artistas considerados "locos" no solo desafían las convenciones estéticas, sino que también revelan profundas verdades sobre la experiencia humana en sus momentos más oscuros.

Establecer programas de arte en hospitales psiquiátricos puede ofrecer a los pacientes un espacio para explorar su creatividad, comunicarse y, en última instancia, encontrar un sentido de identidad y dignidad. Estos programas no solo ayudan a los internos a procesar sus emociones, sino que también pueden ser un medio de terapia ocupacional, promoviendo la rehabilitación y el bienestar. A través de talleres artísticos, exposiciones y la inclusión de las voces de los pacientes, se pueden transformar entornos opresivos y deshumanizadores en espacios de expresión y empoderamiento. Las políticas artísticas deben diseñarse con un enfoque en la inclusión y la valoración del talento artístico de los internos, fomentando un diálogo entre la salud mental y la creatividad que, como demostró Prinzhorn, es fundamental para la comprensión y aceptación social de las realidades de la locura.

A través de sus páginas, el lector es testigo de la capacidad del arte para comunicar emociones y experiencias que de otro modo quedarían en silencio. Prinzhorn no solo documenta estas expresiones, sino que también desafía la percepción tradicional de lo que constituye "arte" y quién tiene el derecho a crearlo. Su obra se convierte en un manifiesto sobre la libertad creativa, resaltando la importancia de dar voz a aquellos que han sido marginados por la sociedad.

En resumen, Expresiones de la locura es más que un libro sobre arte; es una exploración profunda de la condición humana. La obra de Hans Prinzhorn continúa resonando en el ámbito artístico contemporáneo, recordándonos que la locura y la creatividad están, de alguna manera, intrínsecamente conectadas. En un mundo que a menudo teme lo desconocido, este libro invita a abrir la mente y el corazón, permitiendo que las expresiones más auténticas del ser humano sean vistas y valoradas.

COMPARTIR

My Personal Favorites
Scroll to Top