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Paul Giudicelli: Maestro de la Pintura Dominicana

Paul Giudicelli: Maestro de la Pintura Dominicana juan butten

Desde que tengo memoria, he sentido una profunda admiración por la obra de Paul Giudicelli. Recuerdo con claridad aquella vez en que vi una monografía titulada Paul Giudicelli: Sobreviviente de una época oscura (Ediciones Galería de Arte Moderno, Santo Domingo, 1983), escrita por la historiadora del arte dominicana Jeannette Miller, en Casa de Teatro, Santo Domingo. Desde entonces, he anhelado conseguir ese libro. Creo firmemente que algún cineasta debería realizar un documental sobre este maravilloso artista, en el que intervengan familiares, amigos y críticos que puedan dar cuenta de su legado.

Paul Giudicelli nació el 13 de noviembre de 1919 en el Ingenio Porvenir, República Dominicana. Es considerado una figura fundamental en el desarrollo de la pintura dominicana moderna. Su vida y obra reflejan no solo su talento artístico, sino también una profunda conexión con la identidad cultural del país, lo que lo convierte en un referente ineludible en la historia del arte dominicano.

Era hijo de Angel Giudicelli Grillasca y Paulina Palmieri, ambos oriundos de Córcega, Francia. La familia se estableció en San Pedro de Macorís, donde tuvieron siete hijos, siendo Paul el tercero. Vivió en el Ingenio Porvenir hasta los cinco años y luego se mudó a la colonia "La Francia" en Boca Chica, donde permaneció hasta los nueve. En su infancia, su familia viajó a Francia, donde residieron durante dos años, para regresar luego a la República Dominicana.

A los once años, Paul fue internado en el Colegio Santa Ana en Santo Domingo, donde completó sus estudios primarios a los quince años. Posteriormente, abandonó el bachillerato para estudiar comercio, pero interrumpió esos estudios al casarse antes de cumplir dieciséis años. Se decía que su matrimonio fue una tentativa de escapar de la rígida aprobación parental; se escapó con su novia, hija de una familia adinerada, y se ocultó en La Romana. Sin embargo, su familia lo encontró y lo llevó de regreso a San Pedro de Macorís, donde finalmente se realizó la boda. Después de mudarse a Santo Domingo, tuvieron dos hijos, Pablo y Ángel, aunque poco tiempo después se divorciaron, y Paul permanecería soltero hasta su muerte.

Antes de dedicarse a la pintura, Giudicelli tuvo varias experiencias laborales. Comenzó en el comercio, luego trabajó como comprador de oro en Santiago de los Caballeros y, más tarde, se dedicó al tráfico de frutos en el noroeste del país. Después de estos fracasos, en 1948 decidió ingresar a la Facultad de Filosofía de la Universidad de Santo Domingo. A pesar de un distanciamiento con su familia, su reconciliación llegó tras el nacimiento de sus hijos, lo que mejoró su situación económica. Aunque al principio estudió guitarra, pronto se concentró en la pintura, motivado por una joven puertorriqueña que conoció ese mismo año y que lo animó a inscribirse en la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Su decisión de estudiar arte no fue bien recibida por su padre, quien esperaba que se dedicara a la agricultura. Esto lo llevó a perder el apoyo económico de su familia, pero Paul perseveró. Completó sus estudios de pintura y recibió una mención honorífica del Director General de Bellas Artes por sus destacadas obras. Durante ese tiempo, también trabajó como administrador del Asilo de Ancianos de Santo Domingo.

En 1953, Paul presentó su primera exposición individual en la Galería Nacional de Bellas Artes, donde exhibió 70 obras. En 1957, realizó su segunda exposición en el Palacio Nacional de Bellas Artes, mostrando 69 obras. Su tercera exposición tuvo lugar el 23 de enero de 1959, con 94 obras en la misma galería. En 1959, mostró 50 obras en el Ayuntamiento de San Cristóbal, y en 1962 presentó su última exposición individual en la Facultad de Arquitectura e Ingeniería de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, exhibiendo 75 obras.

A lo largo de su carrera, Giudicelli solicitó varias becas al gobierno para estudiar arte en el extranjero, sin éxito. Sin embargo, en 1959, el gobierno francés le otorgó una beca para estudiar murales, que lamentablemente no pudo aceptar debido a problemas políticos relacionados con su hijo Pablo. En 1960, fue nombrado profesor de pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes y luego subdirector de la misma, aunque estos cargos le fueron retirados tras un incidente político.

Después del ajusticiamiento de Trujillo en 1961, fue reintegrado como profesor. En la Bienal de 1963, ganó el Primer Premio de Pintura con su obra "Meditación sobre la Armadura de un Soldado". Giudicelli se convirtió en un pionero del modernismo en la pintura dominicana y también destacó en cerámica y mosaico. Entre 1959 y 1961, realizó varios murales en mosaico cerámico en diferentes ayuntamientos, capturando la esencia social y cultural de su país y estableciéndose como un referente del arte dominicano, a pesar de ser hijo de extranjeros.

Su legado artístico es significativo, dejando un impacto duradero en el ámbito plástico dominicano. Giudicelli es recordado no solo como un artista talentoso, sino también como un símbolo de dedicación y esfuerzo.

Desde 1962 hasta su muerte en 1965, Giudicelli continuó cosechando éxitos. Ganó el Primer Premio de Pintura en la Bienal de 1963 con "Meditación sobre la Armadura de un Soldado", y su obra comenzó a ser muy solicitada. Se puede decir que falleció en su mejor momento, cuando la vida y el éxito estaban al alcance de sus manos.

A los 45 años y tras 17 años de carrera artística, Paul Giudicelli falleció mientras pintaba. En medio de su doloroso proceso de extinción, el artista aprovechó cada momento de su vida para expresarse plenamente como hombre y creador. Su trayectoria refleja un constante deseo de integrar su experiencia personal con su arte, convirtiendo su trabajo en un testimonio de su tiempo. Su obra sigue un camino de búsqueda y experimentación, abordando la existencia humana, la forma y los materiales de manera singular, situándolo entre los más destacados de la pintura contemporánea en América.

Paul Giudicelli vive en cada trazo, en cada color, y en el profundo legado que ha dejado en la historia del arte dominicano.

Biografia tomada de paulgiudicelli.org.

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