Por Juan Butten
Cuánto extraño al Almodóvar de Mujeres al borde de un ataque de nervios, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Hable con ella o Todo sobre mi madre. Ese cine vibrante, lleno de excesos emocionales, diálogos afilados y personajes inolvidables parece haber quedado atrás. En La habitación de al lado (2024), su última propuesta cinematográfica, Pedro Almodóvar ofrece una reflexión sobria sobre la muerte digna, protagonizada por Tilda Swinton y Julianne Moore.
Basada en la novela What Are You Going Through de Sigrid Nunez, la película narra la historia de Ingrid y Martha, dos amigas que se reencuentran cuando Martha, gravemente enferma, decide afrontar su final con autonomía.
Almodóvar arriesga en su estilo de dirección, apostando por una contención inusual. Se aleja de su característico universo de colores intensos y melodrama exuberante, optando por una estética minimalista y una paleta cromática apagada que acompañan una narrativa íntima. Esta sobriedad ha sido valorada por algunos como un ejercicio de madurez artística; sin embargo, también ha sido criticada por otros que consideran que la película carece de la profundidad emocional que distingue la obra del cineasta manchego.
Las interpretaciones de Swinton y Moore son, sin duda, lo más destacable del filme. Ambas actrices ofrecen actuaciones sutiles, introspectivas y cargadas de matices. Pero, paradójicamente, lo que se les pidió fue poco. Las concesiones hechas por Almodóvar resultan sorprendentes: tratándose de dos de las intérpretes más potentes del cine actual, el guion no les ofrece los desafíos dramáticos a la altura de su talento. Brillan, sí, pero dentro de un marco que limita su potencial expresivo.
El guion también ha generado debate. Temas como la eutanasia y el cambio climático están presentes, pero su tratamiento resulta superficial y poco integrado al núcleo emocional del relato. Estas inserciones, aunque relevantes, parecen más una declaración de intenciones que parte orgánica del discurso cinematográfico.
En definitiva, La habitación de al lado es una película visualmente impecable, cuidadosamente compuesta y con actuaciones notables. Pero también es una obra que se queda a medio camino. Las emociones están, pero contenidas en exceso; los temas, pero apenas explorados. Almodóvar ha firmado una película que, aunque elegante, corre el riesgo de pasar desapercibida y de no resistir una segunda mirada.